Los agentes de IA son sistemas autónomos diseñados para realizar trabajos repetitivos que, de otro modo, tendrían que ser realizados por un humano. Un agente de IA interactúa con su entorno para recopilar datos, tomar decisiones y ejecutar tareas, mejorando su eficacia con el tiempo.
Los humanos establecen los objetivos, pero el agente de IA elige de manera independiente las mejores acciones necesarias para alcanzarlos. Por ejemplo, consideremos un agente de IA en un centro de contacto que busca resolver las consultas de los clientes. El agente preguntará automáticamente al cliente diferentes cosas, buscará información en documentos internos y responderá con una solución. Según las respuestas del cliente, determinará si puede resolver la consulta por sí mismo o si necesita escalarla a un humano.